viernes, 9 de marzo de 2018

La mujer que mueve el mundo


En la historia de la música española existen muchas canciones que reivindican el papel de la mujer en la sociedad.

Para este 8 de Marzo, convulso y revolucionario en pro de la igualdad, y a mi modo de ver, también de la seguridad entre hombres y mujeres traigo a mi mente una canción del grupo de los 90 Presuntos Implicados “La mujer que mueve el mundo”.

En ella habla de la fortaleza de toda mujer. Para ella no existen los calendarios, no entiende de sexos, no se amilana ante la derrota. Busca y encuentra soluciones. Sabe de temor y también de pasión.

Habla de los sueños y luchas de tantas mujeres, de sus capacidades para conseguir todo aquello que se propone.

Hoy, muchos años después de  esta  canción y de tantas otras que demandan igualdad entre hombres y mujeres, bien adentrados en el siglo XXI, sabemos que es mucho lo que se ha conseguido. Pero también sabemos que es mucha la lucha que queda por delante.
Queda por conseguir aun mucha seguridad, equiparación salarial y conciliación e igualdad en el ámbito familiar.

Me quedo con esta estrofa:

La mujer que mueve el mundo cree que algo se puede cambiar en esta realidad”






viernes, 2 de febrero de 2018

Perdiendo herramientas


No entiendo.

Miro asombrada las noticias de cada día.

La libertad se ha perdido entre la mala educación, el odio, la corrupción y la mentira.

Queremos olvidar un pasado que al cual sentamos a diario a la mesa.

Hemos tratado de formar parte de un todo, queriendo ser independientes y gobernantes de nada.

Odiamos dictaduras, sin saber que la mayor de ellas es la intolerancia, el desacuerdo y el desentendimiento a cambio del poder y la codicia.

Protegemos a la infancia, haciéndola impune y criamos a niños que matan, roban, violan y pasan por encima de cualquier autoridad.

Buscamos amor y encontramos violencia, maltrato, muerte.

Construimos seguridad y nos acecha el miedo como un lobo esperando a su presa.

Abrimos el corazón a religiones, y llegó el fanatismo y con él el terror.

Normalizamos la diversidad y se dio paso al yo mejor, yo más.

No sé donde nos llevará este frenético viaje llamado vida, bonito, único, del cual no se debe desperdiciar ningún segundo, pues ya no vuelven más. Pero me da miedo que por querer avanzar con él, a su ritmo, se pierdan herramientas necesarias que den forma a esa libertad por la que todos tanto luchamos.


Recordemos: La libertad no es el poder de hacer lo que queremos, sino el derecho de ser capaces de hacer lo que debemos






Publicado en: Diario Hoy, cartas al director, 2/2/2018
http://infoprovincia.net/2018/02/03/perdiendo-herramientas-por-sonia-bote-escritora/


miércoles, 27 de diciembre de 2017

Feliz Año Nuevo

A las puertas de un Año nuevo el cual viene con piernas largas, por si hay que correr,  nanas con acento andaluz y un día  blanco de Mayo, pido que cada una  de sus mañanas nazcan con salud para los míos. Pido ilusión y fortaleza para afrontar las adversidades, sol y risa que templen los corazones.

Le pido fe, empeño, un poco de locura y sabor dulce y libre
 para alcanzar mis objetivos, para encontrar mi sitio, para ser yo.

Atrás queda un año de cambios, de caminos áridos necesarios de
 recorrer y de alguna que otra decepción.


Pero también quedan en mi retina días serenos, de familia y mar. 

De gente que te hace ver que si lo intentas, nada está perdido.

A las puertas de un Año Nuevo que llega me siento fuerte y dispuesta.


Deseo que todos encontremos aquello que buscamos, la felicidad.



Resultado de imagen de feliz año 2018

domingo, 3 de diciembre de 2017

No todo está perdido

Como todos los años el 3 de diciembre se celebra el día de las personas con discapacidad.

Para este año, y por decreto, se propuso tener eliminadas todas las barreras arquitectónicas de los ayuntamientos y edificios públicos procurando así un mejor acceso para todos. Más si cabe, para aquellos con discapacidad o movilidad reducida.

Cumplido prácticamente el plazo y cuatro años después de que la orden entrara en vigor, queda muy lejos el acceso universal a ciertos lugares públicos del mencionado colectivo.

Organizaciones de discapacidad han salido a la calle en señal de protesta ante esta situación.

De un tiempo hasta ahora, he podido comprobar, más si cabe aún, cuanta dificultad entraña poder entrar en dichos organismos si tienes dificultad al caminar, si vas sentado en tu silla de ruedas, scooter o cualquier motivo que te impida llegar a cualquier lugar que te propongas.

Y no solo debemos hablar de órganos oficiales. Lugares de ocio y cultura así como el transporte público también deben tener como  prioridad la eliminación de cualquier barrera a la hora de hablar de accesibilidad.

Como persona con discapacidad y movilidad reducida aplaudo el camino recorrido en esta materia.


Aún queda mucho camino que recorrer…… No todo está perdido.










viernes, 3 de noviembre de 2017

Lo que la gente enseña

A lo largo de nuestra vida son muchas  las experiencias y las pruebas por las que todas y cada una de las personas debemos pasar. A veces, sin darnos cuenta nos dejan siendo esclavos de nuestros propios miedos, inseguridades y prejuicios.

En cambio, a cada paso que damos nos encontramos, tal vez sin darnos cuenta, con personas que con sus propios ejemplos nos dan una perspectiva distinta de nosotros mismos. Nos abren  ventanas por las que entran aires nuevos, nos hacen ver de otra forma el horizonte.

Con sus experiencias, nos dan grandes lecciones, nos enseñan a ser libres, a mirar por encima de nuestros limites. Nos animan a salvar obstáculos impuestos por nosotros mismos, a no perder el tiempo en soñar y a hacer realidad todo aquello que anhelamos.


Muchas veces merece la pena subir aquellas cuestas arriba que el camino impone por conocer lo que en ellas la gente enseña.

miércoles, 4 de octubre de 2017

Erase una vez

Erase una vez, un tiempo donde siendo niña todo era de locos.

Ibas a la escuela en horario de mañana y tarde y, que curioso, te daba tiempo a jugar y a la vez a hacer las tareas que los profesores, a los cuales respetabas, te mandaban para casa.

Que extraño, no teníamos videoconsolas, ni ordenadores ni tables, 
pero no nos cansábamos nunca de jugar, en la calle, sin temor a que alguien nos cogiera o nos mirara mal. La calle era de todos, ni si quiera se nos pasaba por la cabeza pensar que algo malo, salvo alguna caída o balonazo o descuido como consecuencia del juego, te pasara. Lo más extraño es que, aunque no había whatsapp, ni grupos de móviles para quedar, a las seis, nadie faltaba a su cita en el parque.

Sabíamos que las normas eran las normas, por ello, que locura, a una hora determinada, impuesta y autorizada, sin rechistar un sábado se llegaba a casa.

Tal vez eramos tontos, pues no sabíamos de la misa la media. Que gobernaba fulano o mengano, que más nos daba, nuestros noticiarios no iban más allá de Barrio Sésamo, Oliver y Benji o, si eras un poco más mayor la revista Super Pop.

Eramos necios nuestros abuelos sabían de guerra y hambre.
 Nuestros padres de frío, de dormir en una cama con sus hermanos, de sabañones, y nosotros sólo pendiente de jugar.

Ibas a dormirte con Petete. El único canal de televisión que había daba las buenas noches cerrando su emisión con el Himno de una España, unida, firme, sin brecha.

Menos mal que vino la cordura.

Ahora los pequeños ya saben de guerras y violencias.
Saben, con apenas cuatro años, si quieren ser hombres o mujeres. Saben que sus bisabuelos, o tatarabuelos vivieron una guerra y que deben odiar a quien quiera que la empezó.

Se pasan los días encerrados en casa, y tras ese trauma de hacer 
los deberes que sus profesores, a los que, si dan una voz un poco fuera de tono se les hecha el mundo encima, les ordenan hacer. Juegan con sus videoconsolas. Contactan con el mundo exterior vía móvil. Se van a la cama con el edredonign del canal de turno. Se ponen, adoctrinados, al frente de la rebelión.

Me da pavor saber que en pleno siglo XXI teniendo todo, todo falta. 
Pudiendo ser libres y solidarios con los demás nos convertimos en esclavos y egoístas de nuestras propias preferencias, ideas, sentimientos y valores transmitiéndoselas a los más jóvenes, a aquellos que vienen pisando fuerte.

¿Qué será de ellos?

jueves, 7 de septiembre de 2017

Se va el verano

Se va el verano. 
Un verano para mí en modo “pause” donde el reposo y el sosiego un tanto obligados han sido mi única meta.

Se va un verano que, aunque de forma pausada, me ha permitido ver
 atardeceres en paraísos desconocidos, hermosos, frente al mar, de la mano de los que siempre quedan, de los que están.

Un verano de mañanas serenas, tardes de charlas y noches de barrio.

Se va un tiempo en el que he recobrado fuerzas perdidas. 
He vuelto marcha atrás a la casilla de salida, sabiendo esta vez que la mochila va cargada de experiencias y herramientas necesarias para la próxima partida.
En este retroceso he aprendido a dejar ir sueños que por mucho que
se luchen son imposibles, sobre todo si borran sonrisas. 
A tomar decisiones que, aun no siendo del agrado de todos, suman en mi vida. A ser más fuerte. A intentar en vez de esperar.

Se va un verano en el que se tambaleo mi fe y ahora busco ansiosa su equilibrio, Su mirada.


Y ahora que el otoño llega me siento firme para acatar su rutina.


No sé que traerá… Pero estoy lista para empezar.